Horror Vacui
Auscultando el horror al vacío o a aquello que lo llena.
La nueva muestra individual de Paolo Vigo se aleja de la reciente selección de piezas que conformó Children (agosto - setiembre, 2011) y retorna al dibujo sobre papel, introspectivo y brumoso. Los personajes duales y fragmentados que son parte vital de su particular iconografía vuelven a reunirse y repelerse bajo intensas capas de pigmento azul y dorado – colores asociados tanto a la luminosidad del intelecto, como a la calma y el equilibrio- dominadas por la pincelada gestual de las manchas negras que cubren los contornos de los cuerpos.
Sin embargo, bajo la belleza de los detalles surgen escenarios virulentos que se adueñan de la superficie más vulnerable del cuerpo: el pecho. Carcomido por insectos, flores, aves pequeñas y vaginas, esta cavidad se ve rebasada e impelida a desplazar al corazón hacia otras zonas no menos peligrosas. En apariencia, estos nuevos inquilinos son inofensivos; pero esconden tras de sí traición, putrefacción y vulnerabilidad.
El trastrocamiento del cuerpo a través del dolor y de la obsesión por aquello que antes estuvo y ahora es solo sombra se percibe en ese eterno vagar del corazón por todo el paisaje corporal y en la compulsión a infiltrar el cuerpo con una turba de elementos ajenos y peligrosos. Invadido por un horror superior a sus fuerzas, el cuerpo decide no luchar más y opta por someterse – incluso con placer– al yugo del deseo y de la obsesión dejando tras de si un rastro de desolación. Pues no es a aquellos seres extraños y sus funestas consecuencias a quienes teme, sino a la oscura y húmeda concavidad violentada por el inminente silencio fantasmal. A aquel silencio que, no obstante, grita la ausencia en medio de la oscuridad.
Valeria Quintana Revoredo
Julio 2012